martes, 31 de marzo de 2009

LAS COMPACTAS DE CANON Y LOS ARCHIVOS RAW

ARCHIVOS RAW EN CÁMARAS COMPACTAS DE CANON (SOFTWARE CHDK)

Hoy ha sido un día de suerte he conseguido que mis dos compactas (PowerShot A 540 y PowerShot G7) realicen archivos RAW.

Entre los muchos comentarios que me han llegado a mi correo privado sobre las últimas entradas de mi Blogs “QUÉ CÁMARA DIGITAL ME COMPRO” uno me llamo mucho la atención. Hablaba de un SOFTWARE DE LIBRE DISTRIBUCIÓN que hacía posible que las cámaras compactas Canon utilizaran el formato de archivo RAW, yo ya lo conocía desde hace mucho tiempo pero nunca había sido capaz de instalarlo en mis compactas. El error se debía a que volcaba el software descomprimido desde el explorador de Windows directamente en mi tarjeta. En el artículo me di cuenta de mi enorme error. El software se debía descomprimir directamente a través de un descargador de tarjetas en la tarjeta que utilizaremos para cargar el FIRMWARE nuevo en la Cámara.

Este FIRMWARE no causará daño alguno a nuestras cámaras pues se carga en la memoria de la tarjeta y desaparece cuando desconectamos la cámara.

El software cargado en la tarjeta lo podemos modificar, por ejemplo cargándole el idioma, las fuentes que queramos, los modos de disparo……Hay un montón de pequeños programas que pueden hacer que nuestra cámara haga cosas impensables como disparar remotamente, realizar disparos programados, realizar archivos RAW, aumentar el ISO, aumentar los diafragmas hasta donde físicamente la cámara pueda llegar. Una vez modificado el software convertimos la tarjeta en auto-arrancable, la sacamos de la cámara y la bloqueamos. La volvemos a colocar en la cámara, cargamos el FIRMWARE nuevamente y a realizar fotos en formato RAW. Aunque la tarjeta esta bloqueada el software CHDK, que así se llama, puede grabar archivos RAW y se puede a volver a modificar sin problemas cuantas veces necesitemos para cargar esos pequeños programas que tenemos en la Tarjeta.

¡Ojo!. El programa CHDK al estar cargado permite la grabación de archivos y modificaciones pero si no lo cargamos y queremos hacer fotografías en condiciones normales (me refiero con el software de la cámara) tenemos que desbloquear la tarjeta pues los archivos no se grabarán.

Por supuesto esto trae como consecuencia que:

· Debemos de tener dos tarjetas. Una bloqueada con el programa por lo general 1,8 gigas completo (que una vez cargado en la tarjeta lo podemos aligerar de lo innecesario) y unos 630 Kb con lo imprescindible (sin idiomas y con la función de RAW). Una segunda tarjeta para utilizarla en condiciones normales
· La tarjeta con el programa no la podemos formatear pues perderíamos el programa y tendríamos que volverlo a cargar (cosa sencilla si tenemos en casa el zip)
· Yo aconsejaría como mínimo una tarjeta de 4 gigas dependiendo de la cámara y de la cantidad de fotografías que hagamos.
· Los RAW que realizamos no se pueden ver directamente en Photoshop hay que convertirlos No hay ningún programa oficial que los convierta. Pero yo he encontrado uno gracias al Foro Canonista ( http://dng4ps2.chat.ru/ )
· De esta manera el personal puede disfrutar de archivos RAW en sus compactas

INSTALACIÓN
  1. Buscamos el software correspondiente a nuestra cámara en el siguiente sitio http://chdk.wikia.com/wiki/Main_Page
    Hay dos versiones una total y otra simple. Ojo con la versión de la cámara.
  2. Descomprimimos el programa a través de un descargador de tarjetas en la tarjeta
    Insertamos la tarjeta en la cámara.
  3. En la A 540 coloco la palanca en la posición de visionado de fotografías y enciendo la cámara
    Aprieto Botón Menú y busco Firm Update.
  4. Piso Botón Set y aparece versión del Firmware. Vuelvo a pisar el Botón Set durante varios segundos y el programa ya está cargado.
  5. Coloco la palanca en posición de cámara y ya está preparada para empezar a realizar los RAW una vez configurado el programa.
  6. Para realizar los cambios en el programa piso el Botón Impresora y me aparecerá en la parte inferior la palabra ALT, entonces piso el Botón Menú y me aparecerá en pantalla el nuevo menú
  7. Al cargar el programa completo me voy al VISUAL SETTINGS para cargar el archivo de idiomas y el de fuentes. Si no he cargado el programa completo me voy a RAW PARAMEROS y los cargo
  8. Luego busco SALVAR y OK.
  9. Para empezar a hacer fotografías piso otra vez el Botón Impresora para que desaparezca la palara ALT y ya puedo empezar
  10. Saco la tarjeta y la bloqueo y vuelvo cargarla.
  11. Y ya solamente tengo que realizar el paso 5 y 6 para empezar a hacer fotografías en formato RAW

En la G7 el proceso es el mismo pero en el paso 5 solamente aprieto el Botón de Visionado de Fotografías y una vez cargado el programa la cámara se encenderá sola. Sigue los pasos y empieza a hacer fotografías

En este sitio puedes encontrar todo sobre el CHDK

http://chdk.wikia.com/wiki/CHDK_firmware_usage/AllBest

Es triste que tengas uso instrumentos en tus manos y que nada mas funcionen en una ínfima parte de sus posibilidades

Que disfrutéis con vuestras nuevas cámaras.


Si alguien tiene duda póngase en contacto conmigo

viernes, 27 de marzo de 2009

¿QUÉ CÁMARA DIGITAL ME COMPRO? y (4)


Ramón Peco ha analizado las cuatro mejores cámaras compactas del momento:
La Panasonic Lumix DSC-LX3, la Ricoh GX200, la Canon Powershot y la Sigma DP1 una compacta con sensor de réflex
Con este análisis debería dar por terminado este estudio con artículos recogidos en la red. Pero a mi modesto entender aun faltan dos artículos más que añadir:

· Uno realizado por un compañero de la Agrupación a la que pertenezco, Sergio Jaen, en el que se recoge un documento sobre fotografia digital que todo fotógrafo que se precie debería conocer
· Y el otro dedicado al mejor sensor del momento el Foveon X3 cuya patente ha sido comprado Sigma
Os dejo con los dos articulos de Ramón ( I y II) y que os sirvan para sacar conclusiones de cara al futuro.

Mi compacta es mejor que tu réflex (I)
Un dilema al que muchos fotógrafos aficionados y profesionales se enfrentan es el de elegir una buena cámara ligera para llevar encima. La gran duda: ¿es mejor decantarnos por una compacta de gama alta o por una réflex económica de tamaño reducido? Comprobamos hasta qué punto tres de las mejores compactas aparecidas en los últimos meses son una alternativa a una modesta DSLR.

Los fabricantes parecen haberse hecho eco durante 2008 de la creciente demanda de cámaras de tamaño y peso reducido que no renuncian a la calidad. Por ello, algunas de las mejores familias de compactas se han renovado. Analizamos tres de esas cámaras: la Panasonic Lumix DSC-LX3 (500 euros), la Ricoh GX200 (569 euros), y la Canon Powershot G10 (559 euros).

El problema del sensor

La calidad de la óptica y del sensor son los dos elementos esenciales que hacen que una cámara cumpla o no con su principal objetivo: lograr fotos de buena calidad. Aspectos como el número de megapíxeles son relativamente secundarios.

Sobre las ópticas, cabe decir que las compactas de gama alta, y algunas más modestas, hace tiempo que cuentan con objetivos tan dignos como los que podemos incorporar a una réflex. Sin embargo, estas últimas, por sencillas que sean, tienen un sensor cuya calidad supera al de la compacta más avanzada.

Las únicas excepciones a esto son la Sigma DP1 y la Lumix DMC-G1. De la Sigma hablaremos en la segunda parte de este artículo, pues por su precio y exóticas características no puede ser comparada con los tres modelos que aquí se analizan. Por su parte, la Lumix DMC-G1 tiene más que ver con las réflex que con las compactas, por lo que no sería justo incluirla en las pruebas.
Así que nos centramos en comprobar en qué casos estas cámaras pueden suplir a una réflex, a sabiendas de que las tres equipan sensores de calidad inferior.

La barrera de los 400 ISO

Dos argumentos que desgraciadamente los fabricantes de cámaras compactas insisten en engordar en sus modelos son el número de megapíxeles y el de la sensibilidad máxima. Decimos desgraciadamente porque ambas cuestiones tienen que ver más con las campañas publicitarias que con las necesidades del fotógrafo. Un tema este del que hablamos en un artículo publicado hace unos meses.

La calidad de la imagen aumentaría si se redujese un tanto el número de megapíxeles. Por otra parte, por muy elevadas que sean las sensibilidades que se publicitan, los sensores de las compactas tienen problemas para trabajar a partir de los 400 ISO. Estas cámaras por ello son útiles siempre que la luz del entorno no sea un gran problema.

La Canon Powershot G10

Lo primero que se siente al tener esta cámara entre las manos es contundencia. Su excelente cuerpo metálico, su rotundidad, y sus controles hacen que de inmediato sintamos buenas vibraciones. Eso sí, es la más pesada y la más grande de las tres, aunque no llega a tener el volumen de una réflex ligera. Cabe en un bolso pero se deja notar y es completamente imposible transportarla en un bolsillo. Sin embargo, un gran acierto es que prescinde de la molesta tapa del objetivo. En su lugar usa un práctico sistema de pestañas metálicas.

En los controles, las ruedas para ajustar directamente la sensibilidad y la exposición son un detalle estupendo. La claridad y funcionalidad de sus menús también se merecen una buena nota, sobre todo porque se visualizan perfectamente en la excelente pantalla de tres pulgadas que equipa.

En el apartado de la óptica esta cámara equipa un objetivo muy versátil de 28-140 mm. Pese a que el angular es algo más limitado que el de las otras cámaras —la Ricoh y la Panasonic usan un 24 mm— el teleobjetivo tiene el doble de alcance. El precio a pagar por ello es que la luminosidad se ve claramente reducida. Las aberturas máximas oscilan entre f2.8 y f4.5. Respecto al sensor la cámara usa uno de un tamaño de 1/1,7 pulgadas, exactamente igual que el de la Ricoh y ligeramente más pequeño que el de la Panasonic.

El procesador Digic IV parece cumplir bien con su deber, pues pese a los casi 15 megapíxeles las imágenes disparadas a 400 ISO no están del todo mal, e incluso si no somos demasiado exigentes se pueden usar las disparadas a 800 ISO —sobre todo si hacemos la foto en modo RAW—. Por otra parte, los colores de las imágenes nos han parecido de lo más natural.

Es una alternativa a una réflex si...

  • eres un profesional que trabajas con réflex y necesitas una cámara de apoyo que te permita obtener copias de gran tamaño
  • si no te importa que no la puedas llevar en el bolsillo
  • si quieres una compacta que tenga un objetivo muy versátil
  • si no sueles disparar a más de 400 ISO
  • si necesitas colores precisos
  • y si quieres usar un visor óptico porque no te acostumbras a trabajar sólo con la pantalla.

La Ricoh GX200

Si algo destaca de esta cámara es su exquisito diseño, su genial ergonomía y la brillantez con la que han sido diseñados sus controles, pues se ha logrado la proeza de que con una misma mano sea posible sujetarla y manejar el diafragma y el obturador a la vez. Su peso y tamaño permiten que podamos transportarla sin problemas en un bolsillo.

Otros detalles brillantes son un calibrador que nos dice si la cámara está perfectamente colocada en vertical o en horizontal, unos menús muy profesionales y bien resueltos, y un visor electrónico externo articulado que permite disparar fotos con ángulos de lo más complicado —aunque éste es un accesorio opcional—. Estas dos cualidades hacen que esta cámara sea la compacta preferida por muchos arquitectos e ingenieros.

Se ha logrado la proeza de que con una misma mano sea posible sujetarla y manejar el diafragma y el obturador a la vez

Con una abertura máxima de f2.5 y f4.4 nos encontramos ante una óptica luminosa. Su punto fuerte es su excelente angular de 24 mm y su punto débil es que su teleobjetivo está limitado a sólo 72 mm —aunque ambos límites pueden ser ampliados con accesorios de Ricoh

En lo que está cámara sin embargo falla es en la pésima calidad de las imágenes que proporciona su sensor de 12 megapíxeles. Cuesta aceptar que una cámara de este precio se comporte tan mal a 400 ISO, con un ruido cuya agresividad es más propia de una cámara de nivel inferior. La cosa mejora un poco disparando en RAW, pero en cualquier caso es una pena que Ricoh no haya mejorado este aspecto, pues de haberlo hecho esta sería una compacta fuera de serie.

Con esta calidad la GX 200 queda relegada a fotos en las que no precisemos de sensibilidades superiores a los 200 ISO. Un punto a favor de Ricoh es que al menos han tenido la honestidad de permitir que en modo automático la sensibilidad de la cámara pueda limitarse por defecto a esa sensibilidad. Por otra parte, la luminosidad del objetivo y el estabilizador del sensor —que permite disparos unos dos puntos por debajo de lo recomendado— ayudan a compensar un tanto esa limitación.

Es una alternativa a una réflex...

  • si para ti lo más importante es llevar encima una cámara muy ligera
  • si no sueles trabajar con sensibilidades que superen los 200 ISO
  • si no te obsesiona la calidad de la imagen
  • si necesitas una cámara con la que obtener fotos con encuadres muy precisos en toda clase de situaciones
  • y si valoras la ergonomía por encima de muchas otras cosas.

La Panasonic Lumix DSC-LX3

Si hay algo por lo cual resalta esta cámara es por el hecho de que Panasonic se ha centrado en lo que posiblemente es lo más importante de la cámara: la calidad de la imagen. Para ello se ha limitado el número de megapíxeles a 10 y usa un sensor ligeramente más grande que sus competidoras: 1/1,63 pulgadas frente a las 1/1,7 de los de la Ricoh y la Canon. El resultado de esto es que la LX3 es la única cámara de la prueba que se defiende dignamente a 800 ISO.

A esto hay que sumar que el excelente objetivo de Leica que incorpora es de lo más luminoso, pues disparando con el angular de 24 mm podemos hacerlo con una abertura máxima de tan sólo 2f. Bien es cierto que para lograrlo han tenido que limitar la distancia focal en tele a sólo 60 mm.

El excelente objetivo de Leica que incorpora es de lo más luminoso, pues disparando con el angular de 24 mm podemos hacerlo con una abertura máxima de tan sólo 2f

La cámara también posibilita numerosas posibilidades creativas, pues por ejemplo permite poder situar a un mismo sujeto en diversas zonas de la imagen y es bastante sencillo lograr fotos de alto rango dinámico pues permite disparar automáticamente tres imágenes consecutivas con distintos grados de exposición.

Por otra parte, los controles manuales no son tan buenos como en las otras cámaras, aunque tampoco es demasiado difícil adaptarse a ellos a la hora de cambiar el diafragma y el obturador con la pequeña palanca que incorpora. Más complicado se nos antoja manejar el enfoque manual, aunque lo cierto es que en ese aspecto ninguna de las tres cámaras sale demasiado bien parada.
Los principales problemas que detectamos en esta Lumix son la citada limitación de su teleobjetivo; su ergonomía (cuesta un tanto agarrarla firmemente); y el diseño de sus menús de control, que pecan de ser un tanto infantiles.

Es una alternativa a una réflex si...

  • no te importa disponer de una longitud focal limitada en el teleobjetivo
  • si sólo en raras ocasiones necesitas trabajar con 800 ISO o más
  • si tienes que llevar la cámara encima con frecuencia
  • y si te gusta sacarle jugo a los controles manuales y no te importa que la cámara no sea todo lo ergonómica que debiera.

En resumidas cuentas

Estamos ante tres grandes máquinas que pueden reemplazar a un réflex si tenemos en cuenta tres cosas.
1. La Ricoh, por su limitación con la calidad de las imágenes a partir de los 200 ISO, y la Canon, por su objetivo poco luminoso, son las menos versátiles para trabajar con poca luz. La Lumix, por la calidad de su sensor y por su óptica luminosa, es la que se lleva el gato al agua en este sentido. Si necesitas disparar fotos en situaciones complicadas de luminosidad y no quieres usar una réflex, la Panasonic es tu cámara.
2. Las tres cámaras pueden llevarse sin problemas encima. Aunque la que más destaca en ese sentido es la Ricoh, que podemos llevar casi olvidándonos de ella. Si lo que nos importa a la hora de decantarnos por una réflex ligera o una compacta es el peso, la Canon es la que más se acerca al peso de las DSLR más discretas. Podemos salir de viaje con ella, pero no es cámara para llevar encima siempre. Eso sí, el hecho de que el objetivo no sobresalga al estar apagadas es una gran ventaja en las tres.
3. Si necesitamos una óptica versátil, que nos permita hacer fotos sin problemas en interiores pero tener también un teleobjetivo con cierta capacidad, debemos decantarnos por la Canon o estaremos forzados a usar una réflex.


Y aquí está nuestra prueba de sensibilidad

Mi compacta es mejor que tu réflex (II)
¿Qué hace especial a una cámara para que nos la tomemos en serio?
¿Es su precio, su peso, su tamaño, su marca? Hay aficionados y algunos profesionales que se sienten seguros empuñando una pesada réflex, a ser posible con un gigantesco teleobjetivo que nos acerca tanto a las imágenes como nos aleja de la propia realidad que representan. Analizamos la compacta Sigma DP1, una cámara misteriosa y genial que sólo seducirá a unos pocos, a muy pocos.

A estas alturas casi nadie desconoce que la evolución técnica de la fotografía digital ha provocado que ya sólo un puñado de fotógrafos sigan apostando por los haluros de plata. Ciertamente, las cámaras profesionales digitales captan imágenes cuya calidad impresiona, incluso a los que hasta hace poco eran acérrimos defensores de la fotografía química, pero seguimos teniendo un serio problema con el tamaño de las cámaras en relación con la calidad que ofrecen.

No es cosa de reabrir el viejo debate sobre la supremacía de la fotografía basada en ceros y unos sobre la analógica, pero la verdad es que muchos se llevan las manos a la cabeza cuando comprueban las limitaciones de las cámaras compactas digitales a la hora de plasmar fidedignamente en una escena el color o el rango dinámico —lo que antes se conocía como latitud de exposición—.

Los que no quieren sacrificar la calidad de las fotos que toman sin tener que cargar con una aparatosa réflex, la verdad es que tienen pocas opciones. En la primera parte de este artículo ya hemos analizado tres cámaras cuyos sensores de imagen, siendo dignos, no pueden rivalizar seriamente con los tamaños y la calidad que proporcionan los sensores APS-C, Full Frame , o Cuatro Tercios de las cámaras de objetivos intercambiables, sobre todo a la hora de captar imágenes con altas sensibilidades.

Es por ello que hemos dejado para esta segunda parte la Sigma DP1, la única cámara compacta del mundo que equipa un sensor de imagen de tamaño APS-C —el mismo que muchas réflex— y que usa revolucionaria tecnología Foveon X3. Justamente el mismo que usa su hermana mayor, la DSLR Sigma SD14, y también el que incorpora su hermana gemela la Sigma DP2, que ha sido anunciada pero aún no se encuentra a la venta y cuya única diferencia con la DP1 es la longitud focal del objetivo y el procesador de color. Con semejante argumento, muchos pensarán que no hay nada más que decir, ésta es la cámara que andaban buscando. Pues no es tan sencillo.
Muchos puntos flacos

El primer inconveniente para elegir esta cámara es su precio, pues cuesta en torno a 800 euros, superando así el valor de algunas réflex bastante dignas para aficionados. El segundo gran escollo es su objetivo, pues equipa una óptica fija equivalente a los 28 mm en paso universal cuya abertura máxima de diafragma es de sólo f4, aunque la verdad es que proporciona una gran calidad de imagen. El detalle de la focal fija sorprenderá a muchos que a estas alturas no conciben que se sigan vendiendo compactas que no vayan equipadas con un zoom óptico.

Otro gran problema que hemos detectado ha sido el nefasto balance de blancos que realiza al disparar con luz artificial —lo que obliga a que muchas de las fotos realizadas en interiores deban ser editadas posteriormente en el ordenador—. Por otra parte, su ergonomía no es ninguna maravilla que digamos, pues su diseño hace que sea un tanto difícil sujetarla con firmeza. Tampoco están nada logrados los controles de la cámara, que tienden a confundir con frecuencia cuando deseamos realizar ajustes en modo manual.

También es nefasta la previsualización de las fotos de la pantalla, pues tiende a mostrar imágenes monocromáticas con mucho ruido sobre todo al disparar con altas sensibilidades —Sigma vende a precio de oro un visor óptico que puede acoplarse en la zapata del flash—. Otra característica a sumar a la lista de infamias es su exasperante lentitud al grabar las imágenes, pues cada vez que soltamos el dedo del disparador tenemos que esperar varios segundos hasta que podemos disparar de nuevo.

Tras leer todo esto es posible que más de uno piense que los de Sigma se han vuelto locos fabricando semejante aparato. Pues bien, sigue leyendo y te explicaremos por qué la Sigma DP1 nos parece una de las cámaras más geniales del mercado.

¿Es ésta una de las mejores cámaras del mundo?

Seguramente te habrás asustado al leer esa pregunta, pero tenemos razones para pensar que sí. La culpa la tiene su sensor Foveon X3. Si te preguntas qué demonios es eso, lo primero que debes saber es que el 99% de las cámaras a la venta usan sensores cuya tecnología es CCD o CMOS, mientras que Fuji fabrica una variante del CCD llamada SuperCCD.

Pues bien, Sigma es el único fabricante del mundo que comercializa cámaras que equipan sensores de tecnología Foveon X3. En lugar de tener que interpolar la señal luminosa que llega al sensor para recrear los colores usando el denominado mosaico de Bayer que utilizan el resto de fabricantes, la tecnología Foveon usa tres capas fotosensibles para captar cada uno de los colores primarios, de forma similar a como lo hacen las películas analógicas de color.

Por otra parte, el Foveon X3 no sabe qué es el efecto Moire, que tan molesto es en algunas cámaras a la hora de enfrentarse a texturas complejas como la de la seda. Por todo ello, la nitidez y la calidad de la imagen de esta Sigma es muy superior a la de cámaras mucho más caras. Tanto rompe todos los moldes, que su resolución efectiva es sólo un tercio de los 14 megapíxeles que Sigma publicita, aunque a efectos prácticos las imágenes tienen tanta información que pueden ampliarse sin pérdidas significativas de calidad a tamaños tan grandes como los que ofrecen algunas réflex profesionales.

Por otro lado, el comportamiento del Foveon X3 a altas sensibilidades no es muy bueno, aunque más o menos se defiende bien a 800 ISO —que es la sensibilidad máxima permitida en la DP1—. Eso sí, la cámara tiene un rango dinámico tan amplio que en ocasiones podemos trabajar con sus archivos RAW con tanta flexibilidad como si se tratase de imágenes obtenidas mediante la técnica HDR. De hecho, cuando manipulamos la foto nos quedamos pasmados al contemplar la multitud de detalles que aparecen en zonas de la imagen en las que otras cámaras sólo ven luces o sombras.

También la tecnología Foveon X3 es la responsable de que Sigma haya logrado introducir un sensor de tamaño APS-C dentro de una compacta, pues debido a que no es necesario realizar una interpolación de los colores es posible prescindir de ciertos circuitos que aumentan el tamaño de la cámara.

Conclusión

Sigma, más que una cámara, ha producido una caja con los elementos necesarios para meter dentro un sensor legendario de alta calidad. Esta DP 1 tiene algo de cámara de laboratorio y no gustará, o incluso irritará, a aquellos que no quieren complicarse la vida, que buscan hacer fotos correctas, pero que no les importa que la calidad de imagen no llegue a niveles espectaculares, que no soportan verse limitados a una focal fija, que no entienden por qué no pueden disparar a más velocidad...

Pero esta cámara salvaje no defraudará a los que entienden que también Henri Cartier-Bresson o Robert Capa hacían fotos con cámaras de focal fija, que no podían disparar ráfagas, ni se activaban cuando alguien sonreía delante de ellos... Para todos los interesados en llevar una cámara discreta que cumpla sobradamente con la tarea de captar el color y los detalles de la escena con precisión quizá esta sea su cámara.

martes, 24 de marzo de 2009

¿QUÉ CÁMARA DIGITAL ME COMPRO? (3)

Exprime tus Megapíxeles
Por RAMÓN PECO (SOITU.ES)

· Olympus deja la guerra del megapíxel
· Te explicamos como obtener copias de gran formato con una cámara modesta

Por fin alguien se ha plantado en la guerra de los megapíxeles que libra la industria fotográfica. Akira Watanabe, gerente de la división de cámaras réflex de Olympus, explicaba hace pocos días en una entrevista que 12 megapíxeles es el límite que la empresa se ha marcado en sus cámaras réflex. Al fin y al cabo son muy pocos los que realizan ampliaciones gigantescas en papel de sus fotos, pero son legión los que desean cámaras que logren captar con calidad imágenes en condiciones en las que escasea la luz y ricas en matices.

epac_island (flickr)


Experimentando con los megapíxeles.

Los 21,1 megapíxeles de la Canon EOS 5d Mark II tienen sentido porque su sensor 'full frame' tiene unas generosas dimensiones de 24 mm x 36 mm, el mismo tamaño que un negativo de 35mm; el doble que cualquier sensor Cuatro Tercios de Olympus; y unas 20 veces mayor que el de la Canon G10 de 14 megapíxeles —un ejemplo de cámara a la que le sobra resolución por los cuatro costados—.

En el mercado nos encontramos con aberraciones como teléfonos con cámaras cuyos sensores se han hinchado hasta llegar a los 8 megapíxeles, como es el caso del Sony Ericsson C905. Una locura teniendo en cuenta que el inmenso sensor de la Nikon D40 tiene sólo seis megapíxeles y ésta es una cámara que algunos consideran un mito por lograr imágenes de una calidad estupenda.

Tres consejos para obtener grandes copias

Sin embargo, hay que reconocer que en las cámaras que andan escasas de resolución puede ser frustrante no realizar ampliaciones de cierto tamaño o reencuadrar recortando drásticamente la imagen. Te damos aquí algunas pistas para que saques todo el partido posible a los megapíxeles de tu cámara.

1. Amplía en Photoshop la imagen. Utiliza el parámetro de ampliación bicúbica más suavizada para ampliar un 20 o un 30%. Para ello conviene hacerlo por fases, ampliando un 10% en cada paso. Seguro que te sorprenderás de las imágenes que puedes lograr.

2. Utiliza un programa para realizar ampliaciones. Hay algunas soluciones especializadas en ampliar el tamaño de las fotos sin que éstas apenas pierdan calidad. Para ello utilizan un algoritmo más sofisticado que el de Photoshop. El Akvis Magnifier es una buena solución para Mac y Windows ya que puede redimensionar las fotos hasta niveles verdaderamente sorprendentes. Pero si deseas ampliar bastante una imagen o tienes un equipo de gran potencia, más vale que desistas de hacer nada con el ordenador hasta que el programa procese por completo la foto. Precisa de una gran potencia de cálculo.

3. Dispara más de una fotografía de un motivo y fusiónalas en una única imagen de más resolución. Has de tener en cuenta que todas compartan una porción del espacio que deseas representar en la imagen final, pero también que sean realizadas con un diafragma, una velocidad de obturación, una sensibilidad ISO y una luz idénticas, y que no haya demasiados motivos en movimiento. Las fotos debes unirlas con la función Photomerge de Photoshop y definir la porción que deseas recortar.

Hemos salido a hacer unas pruebas. Observa este álbum de Flickr. En él aparece una imagen de proporciones similares al estándar 16:9 con casi 9 megapíxeles de ancho realizada a partir de tres tomas hechas con una cámara de 6 megapíxeles que hace fotos con una proporción de 4:3. Aunque hemos compuesto una imagen en horizontal podríamos haber hecho también cuatro tomas, dos en horizontal y dos en vertical del motivo, y habríamos obtenido una imagen con distinta proporción.
Optes por la solución que optes debes de tener en cuenta que en todas las fotos no obtendrás los mismos resultados. Cuanto mejor sea la calidad de la foto o de las fotos de las que partes mejor resultado obtendrás, sobre todo si disparas con sensibilidades inferiores a los 400 ISO. Para ajustar el tamaño óptimo es conveniente sacar un par de copias de detalles de la imagen final con distintos grados de ampliación en papel de 10x15 centímetros. De esta forma te evitarás sorpresas al solicitar copias de gran formato de tus fotos.

jueves, 19 de marzo de 2009

¿QUÉ CÁMARA DIGITAL ME COMPRO? (2)

Me he comprdo una cámara digital Sony a350 Reflex, así que he comenzado a hacer algunas pruebas fotográficas para conocer sus prestaciones y su manejo. Aprovecho una de estas pruebas para explicaros el concepto de megapixel (Mpx) y su importancia relativa.
¿Qué es 1 pixel?
  • Un píxel o pixel (acrónimo del inglés picture element, "elemento de imagen") es la menor unidad homogénea en color que forma parte de una imagen digital , ya sea esta una fotografía, un fotograma de vídeo o un gráfico. Ampliando lo suficiente una imagen digital (zoom), por ejemplo en la pantalla de un ordenador, pueden observarse los píxeles que componen la imagen. Los píxeles aparecen como pequeños cuadrados o rectángulos en color, en blanco o en negro, o en matices de gris. Las imágenes se forman como una matriz rectangular de píxeles, donde cada píxel forma un área relativamente pequeña respecto a la imagen total.

¿Qué es un megapixel (Mpx)?
  • Un megapíxel o megapixel equivale a poco más de 1 millón de píxeles (como en temas relativos a computación se suele utilizar la base de 1024 en lugar de 1000 para los prefijos, esta cantidad equivale a 10242 = 1.048.576 píxeles). Usualmente se utiliza esta unidad para expresar la resolución de imagen de cámaras digitales, por ejemplo, una cámara que puede tomar fotografías con una resolución de 2048 × 1536 píxeles se dice que tiene 3,1 mega píxeles (2048 × 1536 = 3.145.728). Del mismo modo, podríamos calcular el tamaño de imagen en megapixels para 6 Mpx, 8 Mpx, 12 Mpx y 14.2 Mpx, etc.

Así que en realidad, el número de megapixels simplemente es una medida del tamaño de la imagen que la cámara es capaz de capturar con su sensor de imagen, y no de la calidad de la misma. En la calidad de una fotografía intervienen multitud de factores: las lentes, por ejemplo es uno de los más importantes. Los megapixels por tanto dependen del sensor de imagen y su capacidad para capturar puntos de luz (pixels), algo equivalente al tamaño de la película fotográfica; a mayor tamaño de película, mayor número de puntos de luz y mayor resolución de imagen. El tamaño no lo es todo, aunque tiene su importancia relativa. A mayor tamaño de imagen, mayor facilidad para imprimir imágenes en formatos mayores (página completa, poster, pancarta, etc.) y mayor facilidad para retocar la imagen con mayor precisión, ampliar o seleccionar y recortar un área de interés (encuadre).

Para comprender mejor este concepto, os dejo la siguiente imagen (de elaboración propia) donde se muestra una comparativa entre el tamaño en megapixels de una misma imagen. Haz clic sobre la imagen para verla a escala 1:1 y así hacerte una idea real del tamaño respecto a la resolución de tu monitor.
En la actualidad ya existen fotografías de más de 1 gigapíxel, como por ejemplo esta fotografía de 270 gigapíxeles. Este tipo de fotografías de altísima resolución se consiguen mediante la unión de cientos o miles de fotos de menor resolución formando un gran mosaico.

martes, 17 de marzo de 2009

¿QUÉ CÁMARA DIGITAL ME COMPRO? (1)


Kodak acaba de lanzar un sensor de imagen de 50 megapíxeles. Hasselblad, el fabricante de cámaras profesionales, lo ha incorporado a la H3DII-50, logrando así una cámara con una calidad de imagen sin parangón. A pequeña escala, muchos fabricantes se obstinan en vendernos en la época veraniega cámaras con más y más megapíxeles. Pero ¿hasta qué punto se trata de una estrategia publicitara?

giopuo (Flickr)
La DSC-W300 de Sony, una cámara compacta de gama alta equipada con un sensor de 13,6 megapíxeles, cuesta 379 euros. Por su parte, las cuatro cámaras réflex digitales con los sensores de imagen de más calidad del mercado (obviando los modelos de Hasselblad y algún que otro fabricante muy especializado) son la Canon EOS 5D, la gama Canon EOS 1D, la Nikon D3, y la Nikon D700. Estas cámaras, sin incluir ni un sólo objetivo, cuestan entre los 2.000 y los 5.000 euros. Sin embargo, sólo la Canon EOS 1DS Mark III, la más exclusiva de todas, tiene un sensor con más megapíxeles que la compacta de Sony. ¿Cómo es posible una diferencia de precio tan grande entre el producto de Sony y estas cámaras de Nikon y Canon? Evidentemente, la clave no está en el número de megapíxeles, al menos no sólo en eso.

El tamaño importa, y mucho

En fotografía analógica las cámaras se dividen entre las de pequeño, medio y gran formato. Esta división se basa en el tamaño de los negativos que pueden usar. Una cámara de pequeño formato, las que la inmensa mayoría de nosotros hemos usado siempre, utiliza negativos de 24x36mm; las de medio formato suelen usar negativos de 6x6cm; y las de gran formato, usadas sólo para aplicaciones muy profesionales, pueden llegar a cargar placas de hasta 20x25cm. Más allá de la calidad de la óptica que usemos y de la calidad de la emulsión de nuestra película, la regla fundamental para obtener calidad en la imagen fotográfica es esta: cuanto mayor es el tamaño del negativo del que partimos más calidad obtenemos.

Para entender esto debemos pensar que si deseamos obtener una copia en papel de 25 centímetros de ancho de un negativo en gran formato no tenemos ni que ampliar la imagen, por lo que los granos de plata de la emulsión, el equivalente analógico al píxel digital, tienen en el papel el mismo tamaño que tienen en el negativo. En medio formato ampliaremos unas cuatro veces el grano. En pequeño formato lo ampliaremos unas 70 veces. Pese a esto, en una copia en papel de ese tamaño las diferencias no son abismales. Otra cosa es cuando quieres ampliar fotos al tamaño de una valla publicitaria, o ampliar sólo ciertas zonas del negativo para centrar la atención en una área. Ahí sí que se nota la diferencia.

En fotografía digital, en la que la película analógica es sustituida por un sensor fotosensible que transforma la luz en impulsos eléctricos, el tamaño importa. Cuanto mayor es el sensor, mayor es la calidad de imagen que obtenemos (sobre todo cuando utilizamos sensibilidades ISO altas en condiciones de escasa luminosidad). Sin embargo, para que esto sea cierto es necesario tener en cuenta también la resolución en píxeles que puede captar el sensor. Volvamos al ejemplo de la cámara de Sony.

La DSC-W300 tiene un sensor de imagen de 7,6x5,7milímetros, bastante más pequeño que un negativo analógico estándar de 24x36mm. Precisamente, este último tamaño es exactamente el mismo que tiene el sensor de las cámaras réflex de Canon y Nikon antes citadas. Las cámaras cuyo sensor de imagen tienen el mismo tamaño que el de un negativo analógico estándar usan la tecnología de fotograma completo.

De esta forma, la Nikon D700, la última cámara de fotograma completo en aparecer en el mercado, tiene en torno a un megapíxel menos que la Sony. Sin embargo, al ser el área del sensor de la Nikon de 864 milímetros cuadrados y la del de la Sony de sólo 43 milímetros, el área dedicada en el sensor a captar la información luminosa de cada píxel es unas 20 veces superior. Una característica que aumenta notablemente la calidad de la imagen. Otra cifra más: La Nikon cuesta unas siete veces más que la Sony de consumo, lo que hace que el precio por píxel sea bastante más caro en el modelo de Sony. Interesante, pero veamos un caso aún más extremo.

Sharp ha lanzado un sensor de ocho megapíxeles para teléfonos móviles, con un tamaño de 5,7x4,3 milímetros. El sensor de 50 megapíxeles de Kodak, del que hablamos al principio, tiene un tamaño de 36 x 48milímetros, lo que lo convierte en uno de los sensores más grandes jamás fabricados. Pese a tener más de seis veces más píxeles de resolución que el sensor de Sharp, la superficie de este pequeño monstruo de Kodak (1.728mm cuadrados) es unas 70 veces más grande que la del otro, que sólo tiene 24,51milímetros cuadrados. Estas cifras, y no los megapíxeles de uno y otro, son las que marcan de verdad la diferencia entre un sensor de calidad y uno producido por una mera estrategia publicitaria.

Vale ¿y yo que cámara me compro?

Sin meternos a hablar de cámaras réflex, un segmento en el que los avances técnicos son tremendos y los compradores bastante exigentes, vamos a ver qué cámara compacta puedes comprar sin tirar el dinero.
  • Intenta que el sensor de imagen tenga un tamaño superior a 1/2,5; que es el que incorporan la inmensa mayoría de cámaras compactas. Por ejemplo, el tamaño del sensor de la Sony de la que hablamos en este artículo, bastante grande pese a todo dentro de su gama, viene expresado de esta forma: 1/1,7. Esta tabla te ayudará a comprender estas medidas. Si la calidad de imagen no te importa mucho, casi nunca vas a editar las imágenes y casi siempre las ves en una pantalla, entonces es mejor que te compres un móvil con cámara de cinco megapíxeles. Sus sensores son diminutos, pero te ahorras llevar otro trasto en el bolsillo.
  • Intenta que la cámara tenga una buena óptica. La mayor parte de fabricantes, sobre todo los que están especializados en fotografía, incluyen ya ópticas de cierta calidad.
  • Comprueba que la compacta sea capaz de disparar con cierta calidad desde su sensibilidad mínima, normalmente 100 ISO, hasta los 400 ISO. Más allá de esta sensibilidad ninguna compacta, salvo alguna gloriosa excepción, ofrece fotografías con verdadera calidad. No te dejes asombrar si la publicidad dice que la cámara dispara a 1600, 3200, o incluso 6400 ISO. Las fotos disparadas con esas sensibilidades sólo merecen la pena si usas una cámara muy profesional.
  • Comprueba si tiene un estabilizador de imagen mecánico u óptico (no elijas una con estabilización por software), lo que te permitirá que las fotos, pese a tu pulso, no salgan movidas incluso cuando haya poca luz. De esta forma no te verás obligado a disparar a sensibilidades altas en las que el píxel se hace muy visible y el color se empobrece.
  • ¿Quieres ejemplos? Vale, nos mojamos. Los sensores SuperCCD de Fuji, que utilizan una tecnología de demostrada calidad en condiciones de alto contraste entre luces y sombras, son muy recomendables. Por menos de 200 euros, la FinePix F50fd equipa un sensor SuperCCD de tamaño generoso, 1/1,6, con 12 megapíxeles (en algunos foros dicen que son demasiados), estabilizador de imagen en el cuerpo de la cámara, y, sobre todo, realiza fotografías tan maravillosas como esta.
  • ¿Deseas ir más lejos? En ese caso la elección está muy clara. La Sigma DP1, una de las cámaras digitales más extrañas y polémicas que existen cuenta con características de lo más peculiar. Su sensor, sin lugar a dudas, es el mejor que existe para una compacta. Con un tamaño de 13,8 x 20,7 milímetros (unas 10 veces más grande que el de muchas compactas) es mayor que el de algunas cámaras réflex. Este tamaño permite que sus 14 megapíxeles tengan una calidad notable. Sin embargo, hay algo aún más extraordinario en este sensor. Utiliza la tecnología Foveon X3, la mejor a la hora de captar el color. Este sistema se vale, al igual que la antigua película química de color, de tres capas para filtrar las longitudes de onda del rojo, el verde, y el azul. Por ello, algunos dicen que en verdad este sensor sólo tiene 4,6 megapíxeles (el resultado de dividir los 14 declarados por cada capa sensible al color), aunque sinceramente eso da igual viendo su calidad. Su rango de sensibilidades va desde unos extraordinarios 50 ISO (la última actualización de su firmware lo permite) hasta los 800 ISO (con un ruido muy aceptable). Su precio supera los 700 euros, pero muchos dicen que es barata teniendo en cuenta los trastos que se venden por ahí.

¿Todavía crees en el megapíxel? ¿Estás encantado o decepcionado con tu cámara? ¿Vas a cambiar? Nos gustaría saber que modelo usas y si lo amas... o lo odias.

miércoles, 11 de marzo de 2009

LA T4 DE BARAJAS (AEROPUERTO DE MADRID)

MOSQUEADO EN LA T4 DE BARAJAS
(AEROPUERTO DE MADRID)

Camino del Carnaval de Venecia del 2008, hace días se ha cumplido un año, tuve la mala suerte de perder el enlace con Venecia por 10 minutos de retraso del avión en el que venía desde Jerez de la Frontera. Tuvimos que estar esperando en la Terminal desde las 9,10 horas hasta las 16,00 horas la salida del nuevo vuelo.

Después de una hora y pico de papeleo y transcurrida otra para tranquilizarme empecé a ver la T4 de otra manera. Me empezó a parecer hasta bonita. Me olvidé momentáneamente de Venecia y del Carnaval. Empecé a concentrarme.

Tenía la G7 a mano y comencé tímidamente y escondiéndome a sacar alguna foto.
Tenía miedo de lo que pudieran decirme pues aquí en España la legislación sobre estos lugares no la tenemos muy clara los fotógrafos y menos después del atentado. Pero la timidez dio paso al descaro y comencé a hacer fotografías sin importarme nada varias horas sin hacer nada y aburrió dan para hacer cosas. Estuve sacando personas en distintas situaciones, ambiente arquitectura… La pena que no podía utilizar ni el Flash ni el trípode y perdí muy buenas ocasiones

Os presento una colección de la arquitectura de la T4.