miércoles, 29 de julio de 2009

TODO EN LA VIDA ES ARTE, SOLO HAY QUE FIJARSE

Aunque pueda parecer una frase sacada de un poema, o de la última feria de arco, no es ni más ni menos que una de las partes que refleja la fotografía.

Una foto se basa en sacar algo bello, algo visto desde un punto de vista diferente al resto, y que nos produce algún tipo de sensación al contemplarla. Ya sea un segundo, dos minutos o toda una tarde, pero ese mínimo espacio de tiempo entre que miramos la foto y percibimos las sensaciones, el arte estará surgiendo en nosotros.

Es muy discutido el tema sobre lo que es o no arte, cosa que discutiré en otro artículo más adelante, pero lo que ahora quiero comentaros, es intentar hacer un acercamiento a mi mismo y a vosotros, de lo que puede considerarse como arte. Es algo tan abstracto que quizás me cueste más de lo que creo mientras escribo estas primeras líneas.

El arte existe de muchas formas, ya sea una foto totalmente negra, una foto totalmente blanca o la composición más perfecta. El arte representa ese profundo sentimiento que todos llevamos dentro y que conseguimos sacar al menos una vez, en alguna de nuestras fotos.

Si yo hago una foto, y al verla me transmite todo lo que yo sentía en ese momento, para mi será arte. Si las demás personas al contemplarla sienten lo mismo, ya no será arte, sino una obra maestra. La diferencia para mi es bastante evidente, aunque desde mi punto de vista.



No se si para alguno de vosotros es fácil conseguir hacer una foto que transmita, que transmita lo que en ese momento estabais sintiendo, algo tan profundo que no es posible explicar con palabras, pero que en un instante de total inspiración sin casi pensar en lo que se está haciendo, fluye y aparece delante de nuestras narices en la pantalla de nuestra cámara. Ese momento es mágico, y personalmente, bastante complicado de conseguir. Que luego seamos capaces de transmitirlo mejor o peor al resto de las personas, es bastante complicado de comprender.

Cuantas veces no nos habrá pasado el contemplar una foto maravillosa, que nos llena de vida o nos entristece por completo en un abrir y cerrar de ojos. Y después de esas sensaciones pensamos “vaya, pero si sólo era una hoja”. Quizás sea sólo una hoja, pero fue captada cuando a su autor le decía algo, le transmitía una sensación que representaba su estado de ánimo en ese momento, y que fue capaz de captar instintivamente, dejándose llevar por sus emociones en el momento adecuado.

Luza

Estoy seguro de que alguna vez os ha pasado al contemplar los distintos tipos de fotos que podemos ver en el mundo, que las fotos que no tienen ningún tipo de preparación suelen transmitir mucho más, que aquellas fotos de estudio con un montón de horas de preparación, y con una perfecta composición (aún siendo fotos de prensa o no). A veces lo imperfecto tiene su belleza, porque la imperfección es lo que nos rodea y nos hace sentir más cercanos a lo que estamos viendo.

Con esto sólo quiero decir que todo lo que nos rodea es arte, pero sólo en el momento que somos capaces de percibir en el exterior lo que nosotros sentimos en nuestro interior.

miércoles, 22 de julio de 2009

VISIONES

NUEVO ENCUENTRO DE PINTORES Y FOTÓGRAFOS JEREZANOS EN VEJER DE LA FRONTERA


Después del encuentro que realizamos en esta localidad los fotógrafos y pintores Jerezanos y bajo la batuta de Juan Manuel Basallote, contando con la colaboración y patrocinio del Área de Cultura de este Ayuntamiento y la Sociedad de Amigos del País, ha nacido esta muestra.
El evento se llevará a cabo en Vejer de la Frontera (Cádiz) en la Casa de la Cultura y en el antiguo Convento de las Monjas Concepcionistas
CATÁLOGO DE LA MUESTRA



Programa de actos

Día 10 de Julio a las 21,00 horas en la Casa de la Cultura inauguración de la exposición de fotografías “MOMENTOS” de Carmona Otero y a las 22,00 horas inauguración de pinturas en la sala del Convento de las Monjas Concepcionistas.

Día 11 de Julio a las 21,00 horas en la Casa de la Cultura presentación del audiovisual “INDIA” de Mª del Carmen Oliva (Popi) y a las 22,00 horas presentación del audiovisual “BAILE” de Miguel Ángel Castaño. Seguidamente se realizará una Chala-coloquio sobre las presentaciones.

Día 24 de Julio a las 21,00 horas en la Casa de la Cultura presentación del audiovisual “EQUUS” de Mariano Cano y a las 22,00 horas presentación del audiovisual “Ensayando libertades” de Lola Maró y Tato Cirera. Seguidamente se realizará una Chala-coloquio sobre las presentaciones. A las 23,00 horas en la Sala de la Peña Flamenca inauguración de la exposición de fotografías “BAILE”

AUDIOVISUAL "EQUUS"

Mariano Cano

Viernes 24 Julio de 2009

21,00 horas

Casa de la Cultura de Vejer de la Frontera

(Cádiz)
















miércoles, 15 de julio de 2009

Y TÚ ¿POR QUÉ HACES FOTOS?

Hace cosa de un año, en un curso de fotografía al que asistí, se abrió un debate acerca de la forma de disparar que teníamos cada uno desde el punto de vista de la motivación. Para mi sorpresa, desde el ponente a buena parte de los asistentes coincidían en que les resultaba muy complicado hacer fotos “sin más”.

Hacer fotos que no respondían a un porqué, a un proyecto más amplio, a una historia previamente concebida o a un encargo con determinadas pautas les producía a algunos de ellos “vértigo”, “miedo” e “inseguridad”. Para todos ellos aquella era una forma de proceder mucho más cómoda, natural y estimulante que otras.

Estos días me encontré una frase que me hizo pensar en aquel día y en lo que había escuchado. Y me llevó, una vez más, a plantearme cómo disparo yo, si esto es correcto y si debería probar otras cosas:

No hay que ir en busca de las fotografías, sales y las ves mirándote fijamente
La frase es de Lee Friedlander. Tan pronto leí la frase se me dibujó una sonrisa. ¡Qué gran verdad! A mí me pasa eso. Veo fotos allá por donde voy. Voy caminando y veo fotos. Voy conduciendo y veo fotos. Estoy en casa y veo fotos. Cuando tengo la cámara conmigo, siempre procuro que sea muchas veces, las hago. Sin más. Y cuando no… cuando no me da mucha rabia, no os voy a mentir.

Y sí, es cierto que la frase se puede aplicar en ambos sentidos. Tanto si vas tratando de encontrar alguna foto en concreto como si dejas que sean las fotografías las que te encuentren a ti. Aunque, entre nosotros diré que, viniendo de Friedlander, casi seguro que está de mi lado.
En cualquier caso, a lo que me refiero, es que para mí la fotografía es algo muy próximo a la libertad. Cierto es que casi siempre hago fotos como aficionado. Diferente es cuando haces determinado trabajo, ahí sí, es aconsejable tocar ciertos aspectos que te garanticen que vas a contar lo que necesitas contar. Pero a partir de ahí la libertad es plena.

Personalmente me daría mucha pena salir de casa con la cámara y no saber qué fotografiar por no encontrarle sentido a hacerlo, pues al menos para mí lo que capto en cada foto es lo que le da todo el sentido a haberla hecho.

No necesito exclusivamente grandes historias detrás una estampa para fotografiarla. A veces una mirada, una situación curiosa o un paisaje son suficientes para hacer que algo dentro de mí se remueva y el cuerpo me pida levantar la cámara, apuntar y disparar.

Pero claro, seguramente como yo, pensar en todo esto, sea cual sea tu postura, te lleva a hacerte preguntas:

¿Es mi forma de disparar la correcta? Pues sinceramente no creo que ninguna de las dos formas sea más correcta que la otra. Son dos maneras diferentes de aproximarse a la fotografía y de buscar algo que te lleve a disparar tu cámara. Siempre y cuando mi método me conduzca a hacer fotos y no a frustrarme una y otra vez, seguramente está bien.

¿Tiene sentido cambiar de modo de hacer? Sin lugar a dudas, cambiar por un día la forma de disparar para buscar un tema que documentar gráficamente no deja de ser interesante, además de un ejercicio fotográfico estupendo. Pero, ¿limitar mi forma de hacer a eso? Al menos a mí me resulta un poco estresante basarme sólo en eso.

Y vosotros, ¿cómo disparáis?

miércoles, 8 de julio de 2009

SIGUE LA GUERRA AL "TERRORISMO FOTOGRAFICO" EN LONDRES



Police delete London tourists' photos 'to prevent terrorism' es una historia que se pasa del absurdo llega a lo estúpido y aún sigue con inercia para ir más allá en la infinita escala de la estupidez humana,



Después de hacer algunas fotos el turista austriaco Klaus Matza fue informado de que realizar fotografías en el transporte público londinense estaba "estrictamente prohibido" [lo que no es cierto]. El policía tomó los datos del Matza y de su hijo menor, que fue obligado a borrar las fotografías que había hecho.


Lo de «prohibir fotografías por cuestiones seguridad» es tan estúpido como que el que quiera tomar fotografías lo podrá hacer gracias a las mini cámaras que cuestan dos duros y son prácticamente invisibles; es improbable que alguien que está haciendo fotografías abiertamente (más aún si utiliza una cámara vistosa, como una réflex) y más aún lo es que el que está dispuesto a ser un cretino deje de serlo porque no pudo hacer una foto para planificar su crimen.


También sucede que de una tarjeta borrada se pueden rescatar un buen número de fotografías, si no todas, con programas de recuperación como RescuePro del fabricante de tarjetas SanDisk.


Un poco de canto, pero viene a colación esta meditación:
Desde el 11 de septiembre han muerto en EE UU unas 3.000 personas (civiles) por acciones terroristas... y unos 10 millones debido a otras causas tales como el cáncer, las enfermedades relacionadas con el tabaco, enfermedades del corazón, errores médicos, diabetes, fumadores pasivos...


miércoles, 1 de julio de 2009

FOTOGRAFÍA LÍMITES LEGALES

PERMISO CONCEDIDO PARA HACER LA FOTOGRAFÍA



¿Puede el vigilante de una joyería conminarnos a que dejemos de fotografiar el escaparate? ¿Hay alguna norma que prohíba hacer fotos en una estación de trenes? Aprovechando nuestra ignorancia, vigilantes de seguridad y autoridades civiles coartan en no pocas ocasiones el derecho a tomar fotografías. Con ejemplos prácticos y una dosis de teoría, QUESABESDE.COM pretende verter un poco más de luz sobre un asunto en el que se entremezclan con excesiva disolubilidad el desconocimiento de unos y la arbitrariedad de otros.



Eduardo Parra.- El señor X, turista ocasional, pasea por Madrid. Está en la zona de Cuzco, centro de negocios y hogar antaño del malogrado edificio Windsor. Como buen nómada del siglo XXI, inmortaliza con su cámara digital todo lo que ve. Un camión de bomberos por allí, un autobús por allá... todo le llama la atención.


Sus ojos fotográficos se acaban fijando en la Torre Picasso, el emblemático rascacielos madrileño. Se dispone a capturarlo como ya ha hecho con otras construcciones de la capital. Se acerca a unos 50 metros; el edificio es alto y lo quiere entero. Saca su compacta y apunta hacia el cielo.





Aunque no lo parezca, la Torre Picasso de Madrid puede convertirse en una complicada presa fotográfica.

Antes de que pueda hacer su primer clic, un vigilante de seguridad sale del edificio negando con el brazo: "No se puede hacer fotos aquí", asegura como si perteneciera a la brigada especial antifotógrafos. El señor X se queda petrificado, incrédulo ante la prohibición. Pero no quiere discutir: guarda la cámara y se marcha a su siguiente objetivo turístico. Otra vez será.


Esta historia, ficticia en su literalidad pero real en su esencia, nos ha pasado a todos, profesionales y aficionados a la fotografía, víctimas de leyes no muy claras y normativas un tanto difusas que suelen depender de si la autoridad de turno tiene o no un buen día.


Pero, ¿realmente hay límites para la toma de fotografías en un espacio público? ¿Puede un vigilante de seguridad prohibirnos capturar la imagen de un edificio o un recinto? ¿Y en qué circunstancias?


Seguridad y derechos de imagen


Sin duda, lo primero que le viene a la cabeza a un fotógrafo cuando piensa en prohibiciones son dos cosas: seguridad y derechos (ya sean de autor o de imagen). QUESABESDE.COM ha contactado estos últimos días con varios organismos para comprobar si la toma de determinadas fotografías es posible.


Nuestros primeros pasos nos llevan -telefónicamente- a la Ertzaintza, la policía autonómica vasca. Pedimos autorización como fotógrafos aficionados para realizar tomas de un furgón policial. Ninguna traba: el departamento vasco de Interior, por medio de su gabinete de prensa, nos tramita la petición para que podamos ir a alguna comisaría o "donde sea", y recalca que, en principio, "no hay ningún problema".




La policía autonómica vasca no nos puso ninguna pega para fotografiar un furgón policial y su séquito.


Decidimos comprobarlo sobre el terreno. Tras superar un instante de sorpresa, un agente uniformado nos confirma que, en realidad, el permiso de Interior no es necesario.



Rizamos el rizo y llamamos a instituciones penitenciarias, pidiendo autorización para la realización de fotografías de diversas cárceles desde la calle. Nos dicen que podemos tener algún problema con los servicios de seguridad, ya que no es muy habitual fotografiar cárceles, ni que sea de lejos.


En cualquier caso, ni prohíben ni autorizan, pero nos invitan a enviar una carta con una explicación de lo que queremos hacer para que lo estudien.

Sólo los profesionales acreditados pueden tomar fotografías en el Museo del Prado.


Encaminamos también nuestra breve investigación de campo hacia el Museo del Prado.


Telefónicamente nos confirman que, a día de hoy, está totalmente prohibido a particulares hacer fotografías en su interior, incluso sin flash o sin trípode. Totalmente prohibido.


Antes, nos explican, podían realizarse capturas de la colección permanente, pero no de las exposiciones temporales. ¿Por derechos de autor? Preguntamos. La respuesta es afirmativa, aunque aquello de que el derecho de autor expire 70 años después de la muerte de, precisamente, el autor, no nos dicen nada.


Lujo y dinero


No contentos con estas llamadas, nos acercamos al Banco de España y pedimos permiso al miembro de la Guardia Civil que custodia la puerta para tomar una fotografía de la fachada. Duda un instante, pero en seguida dice que sí. Nos vamos al Ministerio de Educación y preguntamos al vigilante de seguridad de la puerta: "Mientras no salga yo, claro que puedes", nos dice amablemente.


La cosa se complica cuando no se trata de un edificio público. Nos acercamos a un banco y tomamos fotografías del cajero con una compacta. Nadie sale a nuestro encuentro, pero justo cuando estamos guardando el equipo, una persona con traje y corbata nos pregunta qué estamos haciendo y por qué.


Retratar el escaparate de una joyería puede convertirse en una hazaña.


También nos dirigimos a una joyería de la céntrica calle Serrano de Madrid y hacemos una toma del escaparate. En un instante, de su interior nos sale al paso un vigilante de seguridad y nos conmina a que desistamos. Por más que intentamos razonar, el vigilante alega que está prohibido tomar fotografías del escaparate y se cierra en banda, aunque las fotos ya las hemos hecho.


Obtenemos el mismo resultado al intentar hacer fotos en el interior de un gran centro comercial. Nos vamos.


El grado de flexibilidad de las autoridades varía de un lugar a otro: en la Giralda de Sevilla conceden permiso previa petición, aunque cobran un canon, y en l'Oceanogràfic de Valencia las fotografías están autorizadas, aunque sin flash, para no molestar a los animales.


En l'Oceanogràfic de Valencia puede hacerse fotos, aunque sin flash.


En los grandes teatros la cosa ya se complica. Según nos informan en el Teatro Príncipe de Madrid, el fotógrafo tiene que estar autorizado por el propio teatro y la compañía, y hacerse con esa autorización es casi imposible si no se trabaja para un medio de comunicación.


En el metro de Bilbao -nos dicen desde su gabinete de comunicación- está permitido hacer fotos siempre que sea sin fines comerciales. Antes era necesario un permiso, pero debido a las peticiones de los turistas y de la asociación Amigos del Ferrocarril, decidieron eliminar ese trámite.


Ni ley ni reglamento


Visto lo visto, andamos sobre terreno pantanoso. Aunque cada uno da sus razones, nadie que prohíba la toma de imágenes nos remite a ninguna ley ni a ningún reglamento, y no queda claro quién está en posesión de la verdad. Mientas un colectivo como el de la policía vasca no pone pegas, los joyeros se resisten. En este tema, cada uno juega con su propia baraja.


Uno de los colectivos fotográficos que más restricciones sufre es el de los aficionados al ferrocarril. Hasta tal punto llega su indignación, que cuenta con una página web de protesta donde se esgrimen razones para poder tomar fotografías libremente.


José Guerrero, abogado, no lo tiene tan claro: "La estación es un recinto -explica a QUESABESDE.COM- y tú puedes tomar fotos de lo que se ve desde la calle, pero no dentro de la estación. Si desde la calle se ve el andén, puedes fotografiar el andén, pero no puedes hacerlo dentro. El concederte el permiso o no depende de quien tenga el mando."


El letrado coincide con nosotros cuando concluimos que el procedimiento es, en suma, un tanto arbitrario.


Fotografiar estaciones de tren suele acarrear problemas.


Los más claros a la hora de explicarnos las cosas son el ayuntamiento de Madrid, por una parte, y la seguridad del Palacio de la Moncloa -residencia del presidente del gobierno de España-, por otra.


Los primeros nos confirman que en la vía publica cualquiera puede hacer fotos, que es nuestro derecho y que nadie -ni el vigilante de una joyería, como era nuestro ejemplo- puede negárnoslo. Si se muestran inflexibles en su negativa a permitirnos tomar esa foto, desde el Ayuntamiento nos invitan a comunicarlo a la policía Municipal.


En la sección de seguridad de la Moncloa son aún más tajantes: "De las vallas [del Palacio de la Moncloa] hacia afuera puedes hacer lo que quieras. Si viene una persona y se pone a hacer fotos desde el otro lado de la valla, ya puede haber señales o guardias, que no le podemos decir nada."


"Es más -puntualizan-, podemos pedirle que, si usa una cámara digital, nos enseñe qué ha fotografiado. Pero está en su perfecto derecho de negarse a mostrar las imágenes y no podemos hacer nada al respecto; como mucho, identificarle. Por suerte, la gente no suele poner ningún problema, y si les pides que te enseñen la foto, normalmente lo hacen."


"Si es algo que se puede ver desde la calle, no hay motivo legal para prohibir que se fotografíe", aclara el abogado Enric Enrich a QUESABESDE.COM refiriéndose al escaparate de una tienda.


El abogado José Guerrero nos comenta al respecto: "Una vez tienes la foto, ningún guardia de seguridad puede pedirte en la calle o en otro sitio que se la muestres. En todo caso podría retenerte bajo su responsabilidad hasta que llegue la policía, pudiendo ser denunciado a posteriori por retención ilegal."


Enric Enrich, abogado, también habló sobre este asunto con QUESABESDE.COM en 2004: "Un centro comercial tiene unas normas que fija el propietario por el mero hecho de ser propietario de dicho espacio. Él decide si se puede hacer fotos o no, si se hacen con flash o sin él, etcétera. Otra cosa son los escaparates, que están a la vista de todos. Si es algo que se puede ver desde la calle, no hay motivo legal para prohibir que se fotografíe."


"Cada propietario de un espacio -un gimnasio, una escuela, un museo, un centro de trabajo...- podrá regular como desee la posibilidad de tomar fotografías", aclaraba Enrich. Mientras no se vulnere el derecho a la intimidad de las personas -continuaba el abogado-, uno puede hacer sus instantáneas desde la calle tranquilamente, sea o no sea ésta su ocupación.


El vacío legal imperante hace que la toma de fotografías en espacios públicos sea un asunto controvertido.


Entonces, ¿por qué hay tanta confusión sobre qué puede fotografiarse y qué no? Posiblemente, la razón más certera sea la que arguye el Ayuntamiento de Madrid: no hay legislación sobre ello. Y a este vacío legal se agarran quienes prohíben de forma indiscriminada la toma de fotografías.


Los profesionales de la fotografía lo tienen más fácil, ya que pueden hacer uso de un carné que les abre muchas puertas. "Hace años, en la época mas dura de Intxaurrondo [cuartel de la Guardia Civil en el País Vasco], tuve que hacer una foto y no fue nada fácil", nos comenta Jon Barandica, jefe de fotógrafos en Madrid de El Periódico. "Ahora es mucho más sencillo: te identificas como periodista y no tienes problemas."


No lo ve tan sencillo Jorge París, fotoperiodista madrileño: "A mí, por hacer una foto a un parquímetro en una calle con una comisaría, me identificaron y me tuvieron quince minutos haciendo comprobaciones. Y en Torre Picasso ni te cuento… y si dices que eres periodista, aún peor."