Aunque pueda parecer una frase sacada de un poema, o de la última feria de arco, no es ni más ni menos que una de las partes que refleja la fotografía.
Una foto se basa en sacar algo bello, algo visto desde un punto de vista diferente al resto, y que nos produce algún tipo de sensación al contemplarla. Ya sea un segundo, dos minutos o toda una tarde, pero ese mínimo espacio de tiempo entre que miramos la foto y percibimos las sensaciones, el arte estará surgiendo en nosotros.
Es muy discutido el tema sobre lo que es o no arte, cosa que discutiré en otro artículo más adelante, pero lo que ahora quiero comentaros, es intentar hacer un acercamiento a mi mismo y a vosotros, de lo que puede considerarse como arte. Es algo tan abstracto que quizás me cueste más de lo que creo mientras escribo estas primeras líneas.
El arte existe de muchas formas, ya sea una foto totalmente negra, una foto totalmente blanca o la composición más perfecta. El arte representa ese profundo sentimiento que todos llevamos dentro y que conseguimos sacar al menos una vez, en alguna de nuestras fotos.
Si yo hago una foto, y al verla me transmite todo lo que yo sentía en ese momento, para mi será arte. Si las demás personas al contemplarla sienten lo mismo, ya no será arte, sino una obra maestra. La diferencia para mi es bastante evidente, aunque desde mi punto de vista.
No se si para alguno de vosotros es fácil conseguir hacer una foto que transmita, que transmita lo que en ese momento estabais sintiendo, algo tan profundo que no es posible explicar con palabras, pero que en un instante de total inspiración sin casi pensar en lo que se está haciendo, fluye y aparece delante de nuestras narices en la pantalla de nuestra cámara. Ese momento es mágico, y personalmente, bastante complicado de conseguir. Que luego seamos capaces de transmitirlo mejor o peor al resto de las personas, es bastante complicado de comprender.
Cuantas veces no nos habrá pasado el contemplar una foto maravillosa, que nos llena de vida o nos entristece por completo en un abrir y cerrar de ojos. Y después de esas sensaciones pensamos “vaya, pero si sólo era una hoja”. Quizás sea sólo una hoja, pero fue captada cuando a su autor le decía algo, le transmitía una sensación que representaba su estado de ánimo en ese momento, y que fue capaz de captar instintivamente, dejándose llevar por sus emociones en el momento adecuado.
Estoy seguro de que alguna vez os ha pasado al contemplar los distintos tipos de fotos que podemos ver en el mundo, que las fotos que no tienen ningún tipo de preparación suelen transmitir mucho más, que aquellas fotos de estudio con un montón de horas de preparación, y con una perfecta composición (aún siendo fotos de prensa o no). A veces lo imperfecto tiene su belleza, porque la imperfección es lo que nos rodea y nos hace sentir más cercanos a lo que estamos viendo.
Con esto sólo quiero decir que todo lo que nos rodea es arte, pero sólo en el momento que somos capaces de percibir en el exterior lo que nosotros sentimos en nuestro interior.
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