¿CUÁNDO DEBO RENOVAR MI CÁMARA FOTOGRÁFICA?
Mariano Cano
Este comentario mío lo acompaño de dos artículos que he encontrado en la red.
· Actualizarse, el eterno dilema
· 10 razones para NO renovar tu cámara réflex digital
Cambiar de cámara en la época de las máquinas de carrete era algo inusual. Cambiabas cuando aparecía algo extraordinario – autofoco – o se estropeaba la cámara y te costaba más el arreglo que comprarte una nueva.
El cambio lo hacían los profesionales por el uso que le daban. Los demás mortales seguíamos con nuestras cámaras hasta que aparecía algo novedoso y verdaderamente útil (la medición evaluativa, el autofoco, exposiciones múltiples, seguimiento del enfoque, el sistema EOS….).
Lo que si teníamos claro entonces era que a una cámara debía acompañarle un buen objetivo. El valor del equipo debía estar repartido más o menos de la siguiente manera 30% para la cámara y el 70% para el objetivo. Estamos hablando de equipos buenos.
Hoy en día, por desgracia, la publicidad nos apabulla y en lo único que pensamos es en tener el último engendro de máquina que salga sin pararnos a pensar si nos servirá a nosotros o no. El caso es tenerlo. Los objetivos no merecen la pena gastarse dinero en ellos. Los problemas que nos surjan los arreglamos con Photoshop. Menos mal que algunos se van dando cuenta que no es oro todo lo que reluce y empiezan a darse cuenta que las fotos hay que realizarlas con la cámara y no con los programas de edición fotográfica.
Muchos fotógrafos que están empezando se están gastando dinero en objetivos y en cámaras que mañana no les servirán. La tendencia es el formato completo y muchos de los objetivos hoy al uso no valdrán. Yo personalmente les recomiendo que tengan paciencia (Zamora no se gano en una hora). No todo el mundo puede tener un equipo completo al momento, todo tiene su tiempo. Los equipos de los fotógrafos veteranos no los han conseguido en un día, han tardado bastante tiempo en completarlos.
Hoy en día al cambiar de cámara tenemos que pensar también en el ordenador. Al aumentar el tamaño de los archivos el procesamiento es más lento y necesitaremos un equipo más potente. El almacenaje por tanto será también mayor con lo que tendremos que comprar discos externos nuevos. Como comprobareis otros gastos que añadir al cambio.
Olympus en más o menos un año ha sacado tres Cámaras Pen. La E-P1, E-P2 y E-PL1 (Sistema Micro Cuatro Tercios) y ninguna de ellas cumple con las expectativas que proclaman. Pensad como se encontraría el que se compro el primer modelo pagándolo a precio de oro cuando a los tres meses se anuncio el segundo y el precio bajo casi a la mitad. El desaguisado ha sido tal que Olympus a los compradores del primer modelo, para compensarlos, les regalaba el Flash dedicado al presentar la factura de compra.
Actualizarse, el eterno dilema
A todos alguna vez nos llega el momento de cambiar de cámara, ya sea porque ha salido un nuevo modelo o porque simplemente nos apetece cambiar. Generalmente se cambia mucho antes de terminar con la vida útil del obturador, que suele durar entre los 40.000 y 150.000 disparos (en las reflex profesionales).
Un aficionado rara vez llegará a esos límites, pero ¿Por qué cambiamos antes de que la cámara deje de funcionar?
Podría resumirse en tres puntos:
- Si no hubiera tanta publicidad, si no fuera tan asequible pedir un préstamo o juntar unos ahorrillos para un nuevo modelo ¿Estaríamos tan pendientes de cambiar de cámara?
- El aburrimiento puede jugarnos malas pasadas.
- Hay que tener siempre presente la siguiente pregunta ¿Realmente necesitamos cambiar.
Considero principalmente, que la opción más correcta para cambiar de cámara se debe basar en dos características fundamentales:
La primera y más lógica sería que el obturador llegara al final de su vida, o que necesitemos nuevas y mejores funcionalidades en nuestro equipo para seguir avanzando en nuestro aprendizaje. Esta segunda opción puede adaptarse a una contundente actualización, como sería el caso de que la cámara se quedara totalmente obsoleta, perdiendo posibilidad de adaptación de nuevos objetivos u otros periféricos.
En el primer caso no hay vuelta de hoja, la cámara deja de funcionar y tenemos dos opciones: cambiar el obturador o comprar un cuerpo nuevo.
Como primera opción, si ha transcurrido mucho tiempo desde que compramos la cámara, hasta que el obturador llegó a su final, es muy posible que no encontremos la pieza de recambio o su coste sea demasiado elevado. Y también es posible que en ese tiempo hayan aparecido cámaras mejores y a un menor precio.
En cuanto al segundo caso, si tenemos en cuenta que cuando empezamos en la fotografía solemos adquirir una cámara para aficionados, de no más de 800 euros, es probable que con el tiempo la cámara se nos quede “pequeña” para nuestras pretensiones. El tiempo y el aprendizaje nos ayuda a encontrar los límites de nuestro equipo, y cuando esos límites necesiten ser rebasados, será inevitable la necesidad de cambiar de cuerpo (ya sea de una misma marca o no).
¿Es fácil saber cuando se llega a ese límite? Yo diría que si. En nuestros primeros meses de prácticas, es posible que nos hayamos dado cuenta de que nos gusta la fotografía nocturna y sin flash, con lo que necesitamos una cámara que de mejor nitidez a ISOs elevados. Quizás hemos encontrado nuestra gran pasión en la fotografía deportiva, y queremos una buena ráfaga de disparo… etc. Los factores que determinen la nueva compra, como veis son fácilmente distinguibles y perfectamente asociables a un nuevo modelo de cámara. Tan sólo debemos fijarnos en las características que necesitemos mejorar, y la compra será en un 90% de las ocasiones, la acertada.
Como podéis ver, hay factores evidentes que nos obligarán algún día a cambiar de modelo y actualizarse. Pero hay otros como la publicidad, y el aburrimiento que nos pueden jugar una mala pasada. Imaginaros esta situación:
Os gastáis 1000 euros porque vuestro anterior modelo tenía muchos años y os habíais cansado, y al poco tiempo os dais cuenta de que necesitabais otras características.
Este es un error que no queremos cometer, y siguiendo alguno de estos consejos, estoy seguro de que lo evitaremos.
Es preferible invertir los ahorros en un buen objetivo, que en un nuevo cuerpo cuando no se está seguro. Generalmente la depreciación en los cuerpos es mucho mayor y más rápida que en los objetivos, tenedlo en cuenta como mal menor.
Yo soy el primero que ha tenido en algún momento un ansia inevitable por cambiar de modelo, incluso pude haber caído en el error de ir a peor (eso ya es el colmo), por eso siempre es fundamental hacerse algunas de las preguntas que os he comentado y a ser posible, hablar con algún compañero o amigo que entienda también de fotografía, para ayudarnos a no caer en ese absurdo error.
Ahora mismo lo tengo bien claro, mi siguiente compra irá centrada a varias características: conseguir una mayor nitidez, disparar al menos a un ISO de 800 sin ruido, y aumentar la ráfaga. Como he dicho anteriormente, estas necesidades han surgido después de usar durante bastante tiempo un modelo en concreto de reflex, después de encontrar el tipo de fotografía que más me gusta hacer, y después de encontrar las limitaciones en ese campo. A partir de ahí, ya podremos estar seguros de las características que necesitamos en nuestro nuevo modelo, con la “única” limitación de nuestro presupuesto.
La publicidad, y las últimas tecnologías son buenas, pero siempre y cuando sean necesarias.
Es hora de ver las cosas desde un prisma diferente. Todos los fabricantes y marcas vinculadas a la fotografía renuevan continuamente sus modelos de cámaras, objetivos y accesorios, nos atraen con suculentas ofertas y llamativas campañas de marketing, y consiguen que a menudo nos planteemos ¿y si cambio de cámara?.
Sea por necesidad o porque te quieras permitir un capricho, estoy seguro de que no te costará encontrar argumentos a favor de renovar tu réflex, ni necesitarás ayuda al respecto: nuevas prestaciones, errores corregidos y, sobre todo, unas ganas terribles de tener en las manos la última cámara, presentada recientemente, cuyas características te sabes ya de memoria, ¡de tanto leerlas en Xataka Foto!.
Pero claro, para encontrar los argumentos en contra hace falta algo de sangre fría, e incluso que alguien te ayude a contemplar esas cosas que no habías pensado… ¡A ello vamos!
1. ¿Tan indispensables son las nuevas prestaciones?
Cartier-Bresson nunca necesitó la detección de sonrisas para convertirse en un gran fotógrafo. Y hasta hace poco, a nadie se le ocurrió pensar que necesitara la previsualización en pantalla para nada (ni siquiera para hacer fotografía macro). Rara vez usarás ISOs superiores a 1600, y aún en ocasiones más raras imprimirás copias de esas fotos a más de 20cm de ancho. Probablemente seas incapaz de diferenciar si el visor tiene cobertura del 95% o del 98%, y no notes mucha diferencia entre un LCD de 2,5” y uno de 3”. Además, tal vez termines usando JPGs que no permiten diferenciar 12 bits de 14 bits, no uses diferentes puntos de enfoque, y no tengas objetivos lo suficientemente rápidos como para notar diferencias en su velocidad de enfoque.
Todas estas son golosas prestaciones que pueden ser de ayuda y que, en las manos apropiadas, pueden convertirse en útiles herramientas, sin duda. Pero, ¿para todos por igual? No. Según cada fotógrafo, una prestación puede ser más o menos útil, y puede ser suficiente para justificar un cambio de cámara o quedar olvidada en los menús de la cámara en tan solo una semana. Avanzar de una compacta a una réflex es un paso de gigante. Sin embargo, avanzar de una réflex a otra tal vez no sea tan significativo.
2. ¿Harás mejores fotos con la nueva cámara?
No voy a sacar el viejo argumento de “con una caja de zapatos y un pequeño agujerito se hacen fotos maravillosas” porque, sinceramente, sí estoy seguro de que harías mejores fotos si cambiaras de cámara . Pero ojo, esto probablemente no se deberá a la previsualización en pantalla, ni a los nuevos megapíxeles, ni siquiera a la detección de sonrisas (¡cielos!). Seguramente, si cambias de cámara harás mejores fotos porque cuando salgas a hacerlas irás con nueva motivación y una predisposición a conseguir buenos resultados. Es realmente poca la gente que necesita una prestación específica para hacer mejores fotografías.
¡En serio! tal vez no sea mala idea seguir con la cámara actual y buscar la inspiración en otras cosas. ¿Una excursión por paisajes impresionantes? ¿Comenzar a hacer algún tipo de fotografía que no hayas practicado antes? ¿Revisitar sitios conocidos cuando la luz sea especial?
Venga, dime 3 fotografías que no puedas hacer por las limitaciones de tu cámara. Ahora dime 3 fotografías que tu cámara no pueda hacer por limitaciones tuyas. De verdad, trata de pensarlo.
4. ¿Vas a dejar que tu cámara se lleve más mérito que tú?
Si haces grandes fotos con una cámara que tenga ya dos o tres años, la gente dirá “¿ves? no hace falta una cámara modernísima para hacer obras de arte”. Pero como tengas un último modelo todos dirán “bueno, pero es que con esa cámara seguro que cualquiera puede hacer buenas fotos…”. “¡¿Cómo que cualquiera?! ¡Qué la foto la he hecho yo!”.
Posiblemente esto no condicione tu decisión, pero me apostaría cualquier cosa a que esas frases las has escuchado (o pronunciado) más de una vez…
5. ¡Una cámara no es un gadget más!
A los aficionados nos intentan convencer de que una cámara de fotos es un capricho tecnológico más, y que al poco tiempo quedará desfasada. Pero no tiene por qué ser así. El obturador de una réflex digital actual tiene una vida útil de entre 50.000 y 100.000 disparos. ¡Eso son 2.000 carretes de película de 36 fotos!.
¿Ha muerto el romanticismo? Para grandes fotógrafos, sus cámaras llegaron a tener un gran valor sentimental. Los tiempos han cambiado y lo más probable es que ahora renovemos nuestras cámaras mucho más a menudo, pero ¿no es así mucho más frío?.
¿Has pensado que tal vez sea mejor complementar tu réflex con una compacta que sustituir tu réflex actual por otra más moderna? Piensa si ha habido momentos en que no has hecho la fotografía de tu vida, no por no ser tu máquina capaz, sino por no querer cargar con ella a cuestas. Una discreta cámara compacta puede ser un complemento ideal para tu cámara actual y, a la larga, tal vez una gran inversión.
7. ¿Y si inviertes ese dinero en un objetivo de focal interesante?
¿Has probado alguna vez un gran angular extremo? ¿Y un ojo de pez? ¿Y un objetivo con aperturas de f1.8 o f1.4? ¿Y un teleobjetivo? Tener un buen arsenal de objetivos con los que acompañar tu cámara, no sólo te permite obtener imágenes de calidad, sino que además te abre nuevas posibilidades creativas en campos que tal vez aún no hayas explorado.
8. ¿Y si te permites hacer un viaje?
La fotografía de viajes es de las más estimulantes para el fotógrafo aficionado, e incluso para el profesional que quiere desconectar un tiempo de las bodas y los partidos de fútbol. ¡Pocas cosas renuevan mejor la inspiración fotográfica que un buen viaje por lugares que te llamen la atención!
Una de dos. O renuevas tu cámara para seguir haciendo las mismas fotos que hasta ahora, con pequeñas mejoras, o usas tu cámara actual para hacer fotos más interesantes y diferentes, de las que te sientas orgulloso, que te guste volver a revisar de vez en cuando, y que encima te sirvan de motivación para encontrar motivos fotográficos de interés en tu entorno. La cosa cambia si te puedes permitir ambas cosas, claro…
El mercado manda. Es por eso que una cámara recién lanzada hace escasos meses tiene hoy un precio que bajará sustancialmente con el tiempo. Más adelante, cuando el precio deje de ser competitivo, seguro que los fabricantes proponen promociones y descuentos. Y más adelante, al terminar estas promociones, seguro que ya hay una sustituta que te llame más la atención que el modelo anterior.
Una locura, ¿verdad?. Es cierto que uno no puede estar esperando eternamente, porque entonces nunca se compraría la cámara. Pero también es cierto que, una vez elegido el modelo que ofrece las prestaciones que te interesan, es conveniente esperar a comprarla al momento en que esté al mejor precio. Si estás en Febrero y hasta Julio no tienes vacaciones ni tiempo libre para salir a hacer fotos, tal vez te merezca la pena esperar esos 4 meses a que baje un poco el precio y, de paso, a estirar un poco más la garantía.
10. Consume con responsabilidad. ¿Capricho o necesidad?
Nuestra sociedad tiene un ritmo de consumo que no es sostenible. Consumir sin responsabilidad tiene consecuencias medioambientales y socioeconómicas para todos. Es por eso que, si puedes permitirte seguir con tu cámara actual un poco más, le estarás haciendo un favor a muchos. Tu dinero es tuyo. Pero tu conciencia también. Usa ambas.
En cualquier caso, si finalmente te decides a comprar un nuevo modelo, plantéate vender de segunda mano tu cámara “antigua”, para generar menos residuos, y de paso permitir que esa cámara que tantos buenos momentos te ha dado, pase a otras manos que la puedan seguir aprovechando. !Sería una forma fantástica de acercar esta maravillosa afición a gente que no puede permitirse comprar un modelo nuevo!
Los argumentos a favor estaban claros. Ahora tal vez hemos equilibrado la balanza, lo que nos servirá para tomar la mejor decisión. Complicado, ¿eh?
1 comentario:
Muy interesante, he tenido ese problema durante ya unos meses, al final como no, sigo con la misma cámara reflex...
Ahora mis problemas son en donde invertir el dinero: cuerpo, objetivos, kit de flashes, escenarios, exposiciones, viajes... Son muchas las dudas, aun así me ha ayudado tu post.
Saludos desde Valencia.
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